Leopoldo Novoa García – Obras más emblematicas

Espacio cromlech de la horizontal dominante

Esta es la estructura de un círculo de piedra, un alivio y una banda de luz con cuerdas y picos. Energías y tensiones de los elementos reales incorporados en el tejido siendo coordinadas con las cualidades típicas de la pintura, el color, la textura y el contenido simbólico, capturando la belleza de la luz sobre la oscuridad del fondo y más evocando comunidad primitiva simbolizado por la arquitectura del círculo de piedra, con un oso que hace alusión a una hermosa albores de la civilización.

Espace rougue cuatro relieves – 1970

La obra de Leopoldo Novoa, a principios de los años setenta, sorprende por su monocroma y su pureza. La aparente neutralidad es esencial para abordar los complejos problemas que se centran ahora en sus investigaciones, el alivio y la luz. En palabras de Susana Cendán, este paso implica?? Soporte transitorio y no publicado para esta producción en la que sólo habrá volumen, luz y color, desapareciendo cualquier otra material. El resultado son algunas composiciones muy especiales.

El volumen alcanzado por la junta es real, se obtiene del lienzo por manejarlo, el diseño, desde el reverso de la pantalla, unos cables hacia el exterior, hacia el otro lado. En la cara principal, el uso de un color rojo intenso, elegantes líneas se dibujan que cuentan una historia en la que la luz actúa como Demiurgo. La luz acentúa la belleza plástica y la tridimensionalidad de las formas sugeridas desde el interior de la prenda. Los cambios de luminancia alteran su realidad, proyectan sombras, destellos, relieves, que varían dependiendo de su intensidad y dirección, o que dará dinamismo, la capacidad de ser no sólo una opinión, una obra viva.

Gran forma negra con perforaciones

La superficie del díptico se revela como un campo de pruebas, como una escuela que se mostrarán todas las posibilidades de la abstracción, desde el juego con la geometría a la violencia explícita en la perforación de la tela y la introducción de organismos externos que alteren la naturaleza de la propuesta de dos dimensiones. El cincel crea un espacio más allá del plan de desarrollo de la tela, una ruptura de los límites físicos que se multiplican las posibilidades estéticas y la semántica de una obra realizada en un desarrollo ascendente. Los huecos y roturas permiten la comunicación, la transferencia de aire y la luz. No hay fronteras, es una creación que busca abrir fusión entre lo visible y lo invisible.

La sobriedad del color que emana gris y negro, ligado a la verticalidad de la pieza monumental, permite una aproximación diferente a esto, no como un objeto pictórico o elemento estético sino como un estelas conmemorativas y simbólicos referentes a los rituales funerarios de la primitiva.

Sin título – 1980

En el plano del papel son una gran notablemente en relieve, dos líneas trazadas sin ninguna duda y un pequeño triángulo oscuro. Con una realización impecable crea la ilusión de espacio, sobre el establecimiento de una serie de relaciones que necesitan la sensibilidad del espectador para captarlas. El triángulo oscuro puede aludir a un corte en el papel a través de la cual se ve la oscuridad detrás de la trama, o una abertura para vaciar, punto de fuga de la composición.

Relieve y hoyo en desplazamiento horizontal

La tela, completamente negra, abombase y se fusiona con fluidez en broma expresiva, alambres y varillas, que se incorporan en la composición de una manera consistente, lo que sugiere múltiples sensaciones táctiles y contenido simbólico, con el equilibrio y la sobriedad de un notable.