Mingos Teixeira – Obras más destacadas

Retorno a tierra

A pesar de los aparentes cambios que presentan sus proyectos, mantiene una profundidad constante y un hilo de continuidad en toda su obra, basada en una investigación constante sobre la pintura. Si el último trabajo fue la imagen que vino hacia nosotros ahora es sugerir una profundidad y geometría de la coincidencia de colores, que nos obliga a meternos dentro de la caja por la contracción de la superficie pictórica.

Encantamiento mágico

En esta bola díptico de Teixeira, el pintor informalista abstracta y juega con las texturas de la creación de parches de bultos de color, da un sorprendente contraste de sensaciones: el movimiento contra el estatismo.

El lienzo derecha es un juego de colores fuertes, sin maneras obvias, que están dispuestas horizontalmente, roto en algún momento por el forro de la parte inferior de color gris. Muy interesado en la fórmula de color como una forma de comunicación en la técnica, utilizando colores vivos, creando un cromático intensos y rojo, rosas y naranjas en la parte superior, que se convierten en oscuro, negro, azul y púrpura en la parte inferior. Un horizonte crepuscular, donde los tonos son los verdaderos protagonistas.

A la izquierda en el lienzo, las pinceladas se superponen creando texturas pegadas al calibrado y que se mezclan con el fondo usando trazos expresivos y gestuales. El gris se une al púrpura, de la naranja, al rojo y blanco en una composición íntima.

Una pieza donde las dos partes se complementan, porque mientras uno cuenta con una calma suave y táctil que da la sensación de calma, los otros gestos e intenso, transmite sentimientos de fuerza y movimiento.

Dios solo puede ser nombrado a través de las cosas deformes

El mundo se convierte en un lugar inhóspito para los seres humanos, siendo tragado por un fuerte color amarillo, maltratados y que se agita. Ocupando el epicentro donde convulsiona la superficie, suspendido en el borde del abismo, se encuentra a un par pequeño, mientras que los sobrevivientes restantes se bajan, en la pérdida del paisaje descompuesto.

El cromatismo agresivo contribuye a crear un espacio en constante cambio, derramando una y otra vez sobre sí mismo, conseguir las violetas visualización de la paleta, naranjas, azules y negros fusionados, es allí donde emerge una atmósfera violenta y en movimiento. El binomio de color crea un ritmo asombroso de formas y sugerencias que excitan la imaginación, invitando subvención en un amarillo intenso con sentido de la temperatura sofocante, el líquido celestial desbordante como un fluido, con textura de oso negro brotando como lava de las entrañas de la tierra.

El hombre parece asistir al fin del mundo, viendo como todos los conocidos se van desintegrando en sus alrededores, indefenso ante el poder divino capaz de cambiar el cemento del universo.

El Adios

Esta forma geológica inventada por el autor, plasma su vida, la explosión de la naturaleza abrumadora, introduce al espectador en una de sus constantes temas de su interés en el cosmos y el origen del universo. La obra, de textura pastosa y que busca sacar el máximo provecho del material, la extracción de cualidades táctiles y física, que describe relieves reales que dividen el trabajo en dos espacios distintos.

La zona superior, casi neutra, se opone al fondo de las cuestiones difíciles, grumosas y goteo, bordeadas por bandas de paleta de colores sobrios, negro, ocre y rojo acolchadas que indican cuán grande es el núcleo vomitador del círculo central del material que llena el espacio interior del marco.

La abstracción de la obra no es pasivo, enriquecido y completado por la sugerencia de imágenes que emergen en la superficie del material, haciendo interpretaciones personales y diferentes de sí mismo.