Luis Seoane – Obras más destacas

Conversa

Esta obra corresponde a la época de los años cuarenta, cuando Seoane se empezó a interesar por el óleo, ya que hasta ahora, su lado artístico más destacado había sido el grabado. En este trabajo, por ser uno de los primeros, vemos una pintura muy matérica, donde se deja en evidencia el tazado vigoroso con el que acentúa los contornos de la forma, pero ya se percibe el camino hacia un lenguaje más abstracto.

Las figuras se construyen con pinceladas empastadas pesadas, de colores terrosos y grises, y están delimitadas por un contorno grueso que da lugar a  siluetas con volumen. Estas formas tratan de ser un símbolo de Galicia, a la mujer como Mater Gallaecia y prototipos de los gallegos, un tema que se ha convertido en una constante en su producción.

Estas imágenes recias y majestuosas, muestran un acercamiento a la estética del diseño de granito. Las figuras, en silencio y sin tiempo, mantienen la esencia popular. Las mujeres están en silencio y que en conjunto esperan a sus maridos. Unas se muestran inquietas, otros concentradas y pensativas, se representan como un reflejo de su tierra, su gente y su tradición.

Esta obra representa a la Galicia en el trabajo y en el sufrimiento, luchando, pero al mismo tiempo, resignada a su destino de miseria y explotación. Seoane está siempre pendiente de transmitir los eventos que la rodean, la sensación de su pueblo, y las mujeres serán las protagonistas de numerosas obras, para ser solidario de un pueblo que se queda sin hombres a causa de la emigración

Personajes

Personajes, como su título indica, es la representación de una escena teatral, donde dos figuras protagonistas, se caracterizan por tener un vestido medieval, que monopolizan el primer plano, mientras que en el fondo están representados otras imágenes incompletas.

El dibujo fue hecho en tinta de color negro negro, coloreada únicamente con acuarela en color ocre y animado en ciertos detalles con color blanco de soporte. En el dibujo se destaca el predominio de la línea, muy tortuoso, creando figuras de composición vibrante que se caracteriza por ser planas, tal como es propio del artista: rechazar lo tridimensional

Conversa na Praia 

En esta obra los contornos negros de diferentes espesores se utilizan para definir y dibujar las siluetas de las figuras, por medio de delicadas curvaturas. El tratamiento de la figuración es mucho más ligero y más tranquilo que en otros de sus trabajos, aunque sus formas siguen siendo de gran volumen y majestad.

La composición es clara y simple, y el color se aplica en campos puros y limpios, basados en rangos de color violeta y azul, que destacan sobre un fondo verde azulado, que contrasta con la arena de color marrón. Aunque la gama de colores no es tan amplia, la paleta utilizada es suficiente para crear un opuesto armonioso y equilibrado, sin imitaciones.

La línea y el color se presentan totalmente desunidos, y son completamente autónomos, creando nuevos estilos constructivos y expresivos por sí mismos. Seoane sigue rechazando la tridimensionalidad, y aunque el fondo simula un horizonte, el resultado sigue siendo la planitud. La mujer es, como en trabajos anteriores, el gran protagonista.

En este caso, son tres mujeres sentadas y animadas en medio de una conversación, la escena no tiene contenido narrativo como antes, sino que simplemente tiene una función estética.

Posto de Feira

En este trabajo se refleja la gran influencia que tenía sobre MatisseSeoane, cuando el empuje hacia la modernidad en la pintura que se estaba realizando en Galicia. El uso del color y la geometrización de las formas y volúmenes, inspira en el artista Gallego un gran afán por hermosear la línea y el color, sin perder el significado de la obra.

La estancia del artista en París fue clave para la búsqueda de un lenguaje propio, ya que el cuadro de las primeras vanguardias imponía la modernidad que él y sus homólogos querían para sus obras. En este marco, la perspectiva, la escala y el color, han logrado una cierta autonomía

Hay un intento de dejar atrás las imágenes de costumbre y renovar el arte de Galicia, llevar a cabo la exploración de nuevas formas de expresión, que pueden proporcionar un aire de modernidad al arte gallego, todo ello sin perder la esencia que reside en la particularidad de esta tierra. Es por ello que tanto Seoane como sus contemporáneos, no dejaron de sentir pena de todas las cuestiones relacionadas con el regionalismo y la idiosincrasia de Galicia, y el Posto de feira es un buen ejemplo.

Perfil de Muller

La influencia del diseño gráfico florece una vez más en la composición y disposición de los planos cromáticos, así como con el fin de utilizar la línea y el color, que se reúnen de forma autónoma. En términos de composición se asemeja a un collage, porque coloca juntas formas geométricas sin relación que crea la figura.

Como resultado, en esta obra se puede apreciar  un conjunto armónico y equilibrado, donde la autonomía de la no-colisión visión genera un impacto agradable a la vista. El color que preside en este trabajo es el amarillo, en diferentes niveles,  conjugado con el marrón, azul y negro. El diseño, inspirado en formas celtas, es evidente en el perfil de la figura y la utiliza para limitar su espacio.

En los años 60, Seoane deposita fuertemente interés hacia la figura de la mujer, usándola como estampa.

Muller Sentada

Este trabajo nos recuerda, una vez más, la imagen de la mujer de Seoane, majestuosa, tranquila e inmersa en su mundo interior y en este caso, en una actitud de espera. Su aspecto robusto, deforma redondeada y monumental es característico de las mujeres del campo, en donde su trabajo era de suma importancia en la Galicia llena de hambre en la posguerra.

El artista considera a estas trabajadoras como heroínas modernas que luchan por sacar adelante a sus familias, y las representa como seres de otro planeta, semejantes a  las diosas de la antigüedad y a los mitos antiguos, tales como la madre tierra. Del mismo modo, Mujer sentada, es un icono pasajero que representa a todas las personas que se quedaron en Galicia esperando a los que emigraron, que en muchos casos la espera se hizo eterna anhelando un imposible retorno.

Este trabajo, llevado a cabo al final de su carrera, es un buen ejemplo del estilo lleno de Seoane. En ella se hace evidente la simplificación en la aplicación de pinturas de color,usando un estilo plana en solo tres zonas y la reducción de la paleta cromática. Se reserva el negro para resaltar una línea orgánica y sinuosa, creando formas y con cierto volumen, lo que limita las diferentes áreas del lienzo.

La línea, aunque descriptiva, todavía sigue siendo vaga. El dibujo se limita a la descripción de la cara, mientras que la figura femenina es breve y concisa.

En esta etapa de su vida, el artista ya no se preocupa en innovar, sino que se  centró en el trabajo de la claridad del mensaje, cargado de un fuerte componente poético, tanto en el patrón de la línea como en el diálogo del corazón, que se refina en favor de la misma lengua y al mismo tiempo, universal.